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¿Qué es un LMS y… de verdad lo necesito?

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Que si CMS, que si LCMS, PLE… en todo esto de internet siempre hay un montón de nuevas siglas que te acaban volviendo loco. Así que en el post de hoy trataré de esclarecer de qué hablo cuando uso la abreviatura LMS.

El acrónimo LMS proviene de las palabras inglesas Learning Management System, que traducido al español sería Sistema de Gestión del Aprendizaje.

¿Qué es un LMS?

Un LMS es un software que contiene una o varias herramientas que permiten gestionar el aprendizaje de los alumnos y lo hace con base en la web.

A través de este software instalado en un servidor se gestiona toda o parte de la formación de una organización (educativa o empresa, da igual): altas y bajas de alumnos y cursos, ejecución de las acciones formativas y seguimiento de los cursos impartidos.

En resumidas cuentas, el LMS es el espacio virtual en el que cuelgas tus cursos para que tus alumnos/empleados los puedan realizar y tú puedas ofrecerles apoyo y seguir su desempeño.

No todos los LMS son iguales ni tienen las mismas herramientas pero en casi todos encontrarás las siguientes funcionalidades globales:

    • sistemas para matricular alumnos y crear cursos
    • herramientas para la comunicación entre participantes o participantes y profesores: chat, foros, anuncios, agenda, etc.
    • paneles para el sseguimiento del alumnado (estadísticas de acceso, de resultados, etc.)

    Además de por sus funcionalidades, un LMS se diferencia de otro en el tipo de licencia con el que se comercializa. Un campus puede ser de código libre o privado:

    1) Si es de código libre 100%, como Chamilo, tienes la libertad de usar el software, estudiar su código, distribuir copias o modificarlo acorde a tus necesidades. En cristiano esto quiere decir que puedes descargar el software libremente, instalarlo en tu propio servidor y usarlo para hacer el tipo de formación que quieras (de pago, gratuíta, escolar, de empresa…) sin tener que pagar una licencia por ello.

    Eso si, yo, que soy una defensora loca de los proyectos libres, te reconduzco a que reflexiones y pienses que, si tienes a tu alcance todo lo que una comunidad te ha dado, lo lógico sería que devuelvas a esa comunidad algo, aunque sea una milésima parte de lo que te ha dado. Esto puedes hacerlo donando al proyecto, recomendando el software a otros, reportando errores, pagando por alguna nueva funcionalidad que quieras ver en el producto, etc. Vale que piratees a Shakira, que al fin y al cabo está forrada y tiene uns isla privada; pero… no contribuir a que “todo el planeta” tenga acceso a un mejor sofwtare es, perdóname, ser un poco cutre.

    Aquí tienes un listado con las más conocidas.

    2) Si es privado, quiere decir que, tendrás que pagar una licencia para poder usar el software y no tendrás acceso a su código fuente para aplicar mejoras o realizar correciones. Tendrás que esperar a que la empresa decida realizar una actualización para ver cambios.

    Para buscar plataformas tanto de código libre como comerciales, puedes usar el sitio de Capterra que es bastante completo.

    Mi opinión sobre este tema es que las plataformas privadas o de pago (dejando a un lado el tema ético) tienen un coste de entrada mucho mayor que las plataformas libres, por lo que si te decides por una plataforma libre, el dinero que habrías empleado en licencias podrás emplearlo en realizar mejoras o adaptar realmente el producto a tu infraestructura y necesidades.

    [Tweet “Invierte tu dinero en mejorar un LMS ya existente en lugar de malgastarlo creando uno desde cero.”]

    Dentro de muy poquito voy a escribir sobre qué debes tener en cuenta para elegir tu lms, así que hoy no me enrollaré sobre este tema, pero si vas a usar un LMS, ten en mente estos tres aspectos a la hora de elegirlo:

    1. que las funcionalidades que tiene se adapten a lo que quieres hacer.
    2. el tipo de licencia que tiene (comercial o libre).
    3. que cuente con el respaldo de profesionales que te puedan ayudar si necesitas soporte.

    ¿Necesito realmente un LMS?

    Pues si. Si quieres hacer formación online, te va a hacer falta algo de ayuda para distribuir tus contenidos, gestionar a tus alumnos y hacer un seguimiento de sus progresos.

    Te hará falta un LMS si necesitas:

    a # proporcionar a tus alumnos/empleados un espacio privado al que acceder con clave;

    b # impartir cualquier tipo de formación. No sólo de cursos educativos vive un LMS. Muchas empresas los usan para tener preparada la formación para su fuerza de ventas, para impartir sus cursos de acogida a sus empleados, para centralizar la distribución de información sobre cambios imortantes en la empresa, para formar a sus clientes en nuevas aplicaciones o funcionalidades de su producto, etc;

    c # organizar y crear cursos, convocatorias, sesiones de formación;

    d # realizar un seguimiento del desarrollo de la formación;

    e # proporcionar herramientas de interacción a tus alumnos/empleados;

    f # ahorrar costes en relación al modo en que actualmente impartes tu formación;

    g # proyectar una imagen corporativa de cara a tus estudiantes/empleados;

    h # facilitar un acceso 24/7

    i # tener el control de tu espacio de formación (cuando lo actualizas, qué le añades y qué no, cómo organizas tu formación, etc.);

    Si necesitas gestionar contenidos externos a la formación al tiempo que gestionas tu formación, entonces necesitas un LCMS. Puedes ver las diferencias entre LMS y LCMS en este esclarecedor artículo.

    Y no, no necesitas hacerlo desde cero. Es mucho más inteligente usar uno que ya exista en el mercado y agregarle aquello que le falte que desarrollarlo partiendo de la nada.

    En más de una ocasión me ha llamado algún cliente y la conversación ha sido algo así como:

    Cliente: Tengo un proyecto de formación online y voy a crear un campus virtual desce cero.

    Yo: ¿¿¿¿¿Que??????

    Cliente: Si, creo que así podré obtener un producto a mi medida con una inversión más razonable.

    Yo: (Hago un silencio y me tomo mi tiempo para un suspiro profundo; recito un mantra y vuelvo a respirar profundamente antes de contestar).

    Cliente: ¿Que te parece?

    Yo: Que eres un auténtico torero ;). Pues que me va a parecer: mal. Si tú crees que con la inversión ridícula que tienes para esto puedes crear una herramienta equiparable a cualquiera de los LMS de código libre existentes en el mercado… valor y al toro.”

    Torero lidiando a un toro

    Y es que crear un LMS desce cero no es una opción.

     

    Por ejemplo, en Chamilo:

    – más de 9.000.000 millones de usuarios han testado el producto. A ver quien es el guapo que consigue una base de betatester tan grande :).

    – se ha traducido a más de 34 idiomas. Ponle ya tirando muy por lo bajo 1.000 € por traducción, habría que gastarse unos 34.000 € sólo en traducciones para ponerse al nivel.

    – se han escrito más de 1 millón de líneas de código en lenguajes tan dispares como PHP. HTML, JAVA, Python o CSS… El de recursos humanos se volveria loco buscando un buen puñado de programadores para abarcar todo lo que habría que desarrollar para el LMS.

    – cuenta con más de 34 colaboradores regulares entre emrpesas y particulares que aportan constantemente parches, nuevas funcionalidades y mejoras al código.

    Viendo todo lo que tiene ya un LMS existente en el mercado…

    ¿No es más lógico tomarlo como base y usarlo?

    Si no se adapta al 100% a tus necesidades, siempre puedes tocar tú mismo el código o externalizar esa labor para que lo hagan otros por ti. En cualquier caso, te saldrá siempre más barato y tendrás un producto de mejor calidad.

    Así que ahora que ya sabes por qué te hace falta un LMS… ¿Qué tal si le echas un tiento a nuestra demo de Chamilo LMS?

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