¿Tienes un curso presencial y quieres rentabilizarlo más montándolo online?
Lógico; yo también lo haría.
Cuando ya has preparado un curso presencial, las ventajas de pasarlo a modalidad e-learning son infinitas:
Posibilidad de reciclarlo. En presencial, cada vez que tienes que hacer una nueva convocatoria tienes que volver a invertir exactamente el mismo tiempo, gastar lo mismo en alquileres y sueldos, pero sin posibilidad alguna de llegar a más personas.
Tiempo para que el alumno pueda implementar lo aprendido, testarlo en la práctica y reportar aquello que no ha entendido o no le ha funcionado al 100% en la práctica diaria. Los cursos presenciales suelen ser mucho más breves en comparación con los virtuales y por eso es menor frecuente que los alumnos puedan llegar a transferir sus conocimientos al puesto de trabajo durante la duración de la formación.
Menos trastornos en el transcurso de la rutina laboral. Los cursos presenciales dentro de una empresa, se suelen realizar a menudo para todo el personal a la vez y de manera síncrona (en el mismo día y franja horaria), para abaratar costes de alquiler de salas, profesorado, etc. Esto suele provocar la paralización de la producción o del ritmo de trabajo ya que todo el personal ha de dejar su puesto a la vez. Sin embargo con un curso online, si la formación se realiza en horario laborar, se puede flexibilizar mucho más, estebleciendo turnos diferentes de acceso para cada conjunto de trabajadores dependiendo de las necesidades de producción de la empresa.
Aquí te dejo algunas claves para transformar tu curso presencial en un curso online
No hagas 'corta y pega'
Los materiales que tienes de tu curso presencial son un buen punto de partida para comenzar el traslado al mundo online, pero debes realizar una selección, una curación de contenidos. Revisa el temario y clasifica en “válidos” y “reformables” los materiales que ya tienes. Guarda en la carpeta de “reformables” aquellos que requieran de una explicación extra del profesor para ser comprensibles, aquellos que hagan referencia a ejemplos mencionados en el aula, aquellos materiales audiovisuales de poca calidad o con sonido deficiente. Cuando hayas “curado” todo tu contenido, realiza un listado con todo lo que tienes en la carpeta “reformables” y propón una solución para cada caso.
Bajo ningún concepto pretendas “enlatar” tus cursos presenciales en grabaciones de las sesiones de aula para después colgarlas online. NO FUNCIONA. Nadie en su sano juicio se va a tragar una charla de 1, 2 o 3 horas planteada para un público presencial. Si tienes una clase presencial grabada, platéate contratar a un copy o traductor para que transcriba el contenido y tómalo como base para la elaboración de tus materiales virtuales.
Reajusta la duración
Los cursos presencialesy los virtuales tienen diferente duración. Por darte una estimación, un curso presencial de 10 horas de duración de media durará el doble en modalidad virtual. POr ejemplo, un curso de una semana presencial, se conevrtirá en uno de casi 4 semanas en modalidad online.
Para cada sesión presencial de dos horas, deja al menos una semana en el calendario online para cursar el equivalente a esas dos horas presenciales.
Revisa las imágenes
Es muy frecuente usar algunas imágenes que pueden estar sujetas a derechos en nuestra formación presencial, ya que tenemos el control sobre ellas y sabemos que no van a salir del aula. Pero en el caso de la formación online ya es otro tema. Cuando crees un pdf, un vídeo o cualquier otro recurso, lo que subas al campus virtual estará potencialmente a disposición de cuaqluiera que lo quiera descargar y llevárselo a otro lado. Así que, revisa tanto que tengas los derechos de uso sobre todos los materiales que vas a colgar en un campus, como que tus propios contenidos no sean sencillos de piratear.
Empieza por el blended learning
Es una forma de ponerte una red para realizar tu salto mortal. Si comienzas con un modelo de transición “blended” podrás ir solucionando en presencial aquellos problemas que te vayan surgiendo en la experiencia online.
Service title
Yo le llamo así a enviar un correo cada semana a los alumnos que no han accedido a los contenidos programados para la sesión. Al igual que el médico, yo trato de comprobar si siguen teniendo constantes vitale so han pasado al mundo de los muertos virtuales.
Ten en cuenta que cuando pases a virtual tu curso, ya no tendrás la posibilidad de ver quién se está quedando dormido, quien no está en el aula o decidir cuándo hacer una pausa porque el ánimo decae. Por eso es tan importante establecer protocolos de “reanimación” cada poco tiempo para asegurarnos de que nuestros alumnos siguen entre nosotros y no han pasado a mejor vida virtual ;).
No bloquees la progresión
Permite que tus alumnos virtuales avancen a su ritmo. Déjales que consuman los contenidos a medida que puedan y lo necesiten. Si en la formación online impartías un temario si o si, quisiesen o no los alumnos, en la virtual tienes la ventaja de darles a elegir. Aprovecha esta ventaja a tu favor para crear una experiencia formativa más gratificante para el alumno.
Crea una guía
Cuando un alumno accede al aula presencial hay muchísima información que ya recibe de nuestra parte sin necesidad de tener que bsucarla proactivamente: fechas, duración de la sesión, materiales que tiene que ver (al fin y al cabo los tiene delante de sus narices proyectados en una pizarra)
Readapta el equipo docente
No ponga un único profesor para 100 alumno. Trata de no superar la ratio de 1 profesor/tutor por cada 30-35 alumnos virtuales porque sinó se complicará mucho llevar el control del curso: foros, seguimiento, “reanimación”, etc.
Si te animas a dar el paso, no olvides que puedes crear y distribuir tus contenidos con Chamilo lMS.
¿Tienes alguna otra recomendación para incluír en este listado? Cuéntamelo en los comentarios.
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