Si has tenido que producir recientemente algún curso virtual estarás completamente de acuerdo conmigo en que uno de los puntos negros de cualquier proyecto de elearning está en la fase de entrega al cliente y revisión de los materiales.
No estoy diciendo que las fases previas sean fáciles pero sin duda la revisión final por parte del cliente es la que más tiempo consume.
Si todo marcha bien, un proyecto pasa por las siguientes fases:
cliente y proveedor acuerdan cómo va a ser el curso online.
Fase 2# Ejecución:
el guionista realiza el diseño instruccional y una vez terminado, los diseñadores y los informáticos producen tanto la interfaz gráfica como la estructura técnica para que el curso funcione como se espera.
Fase 3# Revisión:
cuando el curso está ya listo se le entrega al cliente para que lo revise y se corrigen errores.
Es en esta tercera fase dónde los tiempos comienzan a dispararse y empiezas a entender en profundidad la teoría de la relatividad de Einstein, los pliegues espacio temporales y todo aquello que lleva a que tu cliente tarde en revisar 3 semanas un contenido pero los cambios los pida de un día para otro :).
Es de locos. Seguro que lo has experimentado alguna vez si has trabajado con proyectos de contenidos con bastante volumen de unidades y módulos.
La revisión de un curso elearning puede volverte completamente majara mientras ves cómo se van consumiendo las horas y tu margen de ganancia se va mermando cada vez más y más.
Cuando llegas a esta fase de la revisión, tu correo se convierte en un ir y venir de archivos doc, ppts con garabatos pintados sobre capturas de pantalla, pdfs con listados de cambios… En algunos proyectos yo he llegado a nombrar archivos como “proyecto_cliente_X_version_59”
!!!! Versión 59!!! Madre mía.
¿Sabes cuántas horas de trabajo son 59 revisiones? Pues eso, muchas.
Hacer el seguimiento de este tipo de cambios es muy problemático y reduce el ritmo del proyecto porque:
- Antes de la entrega final, lo más normal es que tengas que buscarte la vida para “colgar” en algún sitio los contenidos scorm para que tu cliente los vea funcionando. Y suele ser complicado que lo puedas hacer en el campus del cliente (a veces ni siquiera tiene campus todavía). Muchas veces el contenido dará fallos relacionados con el navegador o con el campus, pero que nada tienen que ver con tu contenido.
- Los archivos que te envía el cliente normalmente no tienen un histórico (ya que podrían llegar a pesar mucho) y por tanto si te pones enfermo y alguien tiene que seguir con tu trabajo, no podrá, porque no sabe el histórico de cada cambio.
- Con tanto cambio te empiezas a olvidar de qué cosas has cambiado ya y cuales no; y revisar todas tus notas para saber qué había antes del cambio 16 o lo que habíais acordao con el cliente en el cambio 28 se hace cuesta arriba.
- El cliente te empieza a enviar cientos y cientos de cambios. Algunos son errores otros son correciones. Cuando ya te ha enviado un doc, te viene con otro comentario, pero esta vez te lo manda por correo… Ya tienes el lio montado. Cambios por un lado, cambios por el otro. Aquí es dónde pasas a convertirte en trabajador “pulpo”: una carpetilla para lo que te manda el cliente, otra para lo que envías, otra de cambios varios, cientos de formatos, pdf, ppt… El no va más, vaya.
La solución se llama “Reviewlink“.
[Tweet “Reviewlink te va a ahorrar muchas horas de trabajo si decides producir tus cursos elearning.”]Reviewlink es una de las funcionalidades que incluye la suite Lectora Inspire para facilitarnos la vida a la hora de lanzar un proyecto de elearning.
Básicamente Reviewlink ofrece lo siguiente:
1) Un espacio online en el que subir tus cursos directamente desde tu software Lectora de escritorio. Hace las veces de un lms para que tu cliente pueda revisar cómodamente el contenido desde cualquier navegador.
2) Un número ilimitado de revisores. Sólo tienes que crear un nombre de usuario para cada revisor y el sistema se lo envía por correo a tu cliente.
3) Un espacio en el qe el cliente puede ver cada pantalla del curso y realizar los comentarios debajo, de modo que todo queda registrado. Te permite aceptar o rechazar cambios, hacer comentarios para esa nota del cliente en concreto y exportar todo a pdf para archivarlo cuando finalice el proyecto.
Con Reviewlink puedes incluso tener a la vez varios cursos de clientes diferentes pendientes de revisión; todo ordenado y cada cosa en su sitio.
Hasta la fecha no conozco otra herramienta de autor que incorpore un sistema realmente tan efectivo para ahorrar costes en la producción de e-learning.
Y tú, ¿has probado a trabajar alguna vez con un sistema similar? ¿Conoces otros productos que hagan algo parecido? ¿Sigues siendo un “pulpo” del e-learning?
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